Los filipinos dicen que no a la carne de cerdo en marzo contra la corrupción

Cientos de miles de filipinos se reunieron en Manila el pasado lunes 26 de agosto para denunciar la corrupción rampante en el gobierno. Miles más expresaron su indignación en los parques públicos de todo el país y en muchas partes del mundo. Curiosamente, Internet desempeñó un papel importante en la coordinación de las protestas y fueron los internautas, y no la oposición política, quienes convocaron a una protesta pública contra la corrupción.

Los manifestantes exigían la eliminación del barril de cerdo en el proceso presupuestario después de que un denunciante revelara que muchos políticos han estado desviando los fondos asignados a organizaciones falsas, fundaciones familiares y proyectos fantasma. Bajo el Fondo de Asistencia Prioritaria para el Desarrollo (PDAF), los miembros de la Cámara de Representantes reciben 70 millones de pesos cada año, mientras que los Senadores reciben 200 millones de pesos. La indignación pública se disparó en las últimas semanas, lo que obligó al presidente Benigno Aquino III a declarar la semana pasada que tiene la intención de abolir el PDAF, más conocido como el barril de cerdo.

Pero en el mismo discurso, Aquino insinuó que el pork barrel podría resurgir cuando dijo que su gobierno creará un nuevo mecanismo para atender las necesidades de sus electores y sectores, de manera transparente, metódica y racional, y no susceptibles de abuso o corrupción.

Los críticos acusaron a Aquino de engañar al público y exigieron la abolición total del sistema del barril de cerdo en lugar de simplemente reformarlo o asignarle un nuevo nombre. También pidieron la eliminación de los fondos discrecionales de los presidentes que ya ascienden a un billón de pesos, según la ex titular del Tesoro Nacional, Leonor Briones.

El surgimiento del movimiento contra la carne de cerdo expuso las iniciativas inadecuadas y débiles del gobierno de Aquino para combatir la corrupción generalizada en el país. Aquino ganó en 2010 en una plataforma de buen gobierno y transparencia. También impulsó con éxito la destitución del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Renato Corona, el año pasado, a quien acusó de proteger a la expresidenta Gloria Arroyo, quien enfrenta un caso de saqueo y está bajo arresto hospitalario.

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La estafa del barril de cerdo llevó a muchos filipinos a cuestionar la sinceridad de la cruzada y la retórica anticorrupción de Aquino, ya que el presidente tardó más de tres años en anunciar una revisión importante del controvertido programa. También se ha mantenido callado sobre los abusos cometidos durante su mandato. Además, se negó a acabar con su cerdo presidencial o incluso a recortarlo para aumentar los fondos para servicios sociales básicos como educación, salud y vivienda.

Se espera que la gran participación en las protestas del pasado lunes conduzca a la eventual revisión del proceso presupuestario del país. Es importante señalar que al menos 15 de los 24 senadores ya acordaron desechar el barril de cerdo.

La campaña debe enfocarse en otros aspectos de las finanzas públicas donde la rendición de cuentas es mínima o inexistente. La vigilancia también es esencial para garantizar que las reformas presupuestarias no sean meramente paliativas y que quienes robaron dinero o abusaron de su poder sean debidamente sancionados.

La corrupción no puede eliminarse sin acabar con la política de clientelismo que la alimenta y socava la democracia. La campaña contra la carne de cerdo es un movimiento político potencialmente radical que podría despertar el activismo de base y vigorizar otras fuerzas sociales necesarias para montar un desafío más amplio y más fuerte a la política de corrupción en el país.