¿Cómo funcionará el nuevo NSC de Japón?

La administración del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, implementó su largamente buscado Consejo de Seguridad Nacional (NSC, por sus siglas en inglés) en diciembre pasado. La creación del NSC estuvo rodeada por la publicación de otros documentos relacionados con la seguridad, como las Directrices del Programa de Defensa Nacional (NDPG) revisadas y la primera Estrategia de Seguridad Nacional (NSS). Si bien la publicación de estos documentos y la creación del NSC se habían planeado durante varios meses, su publicación aún encendió algunas alarmas en la prensa internacional y resultó en algunas advertencias predecibles de Beijing, lo que generó preocupaciones de que Japón estaba regresando a su política militarista. pasado. El movimiento audaz de Abes al visitar el santuario de Yasukuni, en el aniversario de su primer año en el cargo, brindó otra oportunidad de oro para que sus detractores cuestionaran las intenciones estratégicas de Japón.

Las intenciones detrás del nuevo aparato de seguridad en Tokio son otro debate en sí mismo. Pero perdidos en el furor de esta discusión están las operaciones reales y el propósito del nuevo enfoque centralizado de Japón para la seguridad nacional. Específicamente, parece haber confusión sobre el nuevo NSC y su papel en la política exterior de Japón, especialmente con respecto a la disputa latente con China sobre las Islas Senkaku. Como se señaló en un artículo anterior sobre la necesidad de un NSC en Japón, el concepto no es nuevo ni es simplemente una consecuencia de los amargos lazos con Beijing. De hecho, durante la primera administración de Abes en 2007, propuso una legislación que promulgaría un NSC, pero el proyecto de ley fue descartado debido a deliberaciones inconclusas.

Tokio también ha utilizado otras formas de consejos de seguridad y defensa durante varias décadas, pero se han visto afectados por ineficiencias causadas por silos de información y trámites burocráticos. El fracaso de Abes en obtener inteligencia precisa y oportuna durante la toma de rehenes de varios ciudadanos japoneses el año pasado en Argelia pareció marcar otro punto de inflexión que justifica la necesidad de decisiones de seguridad nacional más rápidas y centralizadas.

Sin embargo, ahora que el NSC finalmente se ha hecho realidad, quedan dudas sobre la naturaleza de sus operaciones y su eficiencia. El núcleo del nuevo Consejo será su Reunión de 4 Ministros (4MM) compuesta por el primer ministro como presidente y asistido por su secretario jefe de gabinete junto con los ministros de Relaciones Exteriores y Defensa. El estilo 4MM agudizará considerablemente el enfoque de las discusiones en el NSC y permitirá que el primer ministro y sus principales asesores dirijan de manera más eficiente las políticas exteriores y de defensa con respecto a la seguridad nacional. El 4MM también servirá como motor principal para las direcciones de seguridad nacional serias, como las que rodean el Mar de China Oriental o en la península de Corea.

El antiguo consejo de seguridad en Japón se basó en una Reunión de Nueve Ministros (9MM), que agregó ministros de una variedad de otras carteras, como Finanzas, Seguridad Pública, Asuntos Internos, Comercio y Transporte. El 9MM seguirá reuniéndose, pero ahora centrará sus esfuerzos en el mantenimiento de la función de control civil del NSC. La tercera y última reunión organizada se centrará en situaciones de emergencia y su composición se determinará en función de la crisis en cuestión. Complementando esta serie de reuniones estará la recién establecida Secretaría de Seguridad Nacional, que está a cargo de planificar y coordinar los esfuerzos y la seguridad nacional, así como de preparar las reuniones ministeriales. La secretaría estará encabezada por el veterano asistente de Abe, Shotaro Yachi, y estará compuesta por una gran cantidad de burócratas y analistas adscritos de una variedad de carteras que incluyen asuntos exteriores, defensa y seguridad pública. La secretaría, junto con el 4MM, es la verdadera clave para las reformas del NSC porque permitirá a Japón centralizar y mejorar su análisis de inteligencia en temas de seguridad nacional.

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Uno de los objetivos más cruciales e inmediatos para el nuevo NSC es una mayor colaboración con los aliados clave, sobre todo con los EE. Reino Unido, Alemania, Bélgica, Francia e India. El viaje de Yachi a los EE. UU. a principios de este mes le brindó la oportunidad de reunirse con la asesora de seguridad nacional de los EE. UU., Susan Rice, y también con los secretarios de Estado y de Defensa de los EE. UU., Chuck Hagel y John Kerry. A pesar de la fricción por la visita de Yasukuni, es probable que ambas partes deseen mejorar el diálogo de seguridad coordinado y de alto nivel antes de sus planes para revisar las pautas de cooperación de defensa bilateral el próximo año. Además, la nueva secretaría y el cargo de asesor especial brindan a Japón otra vía para llegar directamente a la Casa Blanca, que ha sido identificada como una prioridad clave en Tokio en medio de la creciente ansiedad estratégica con China. La colaboración entre los NSC añade otra capa a este acceso a nivel burocrático como complemento al supuesto canal directo de Caroline Kennedy (embajadora de América en Japón) con el presidente estadounidense Barack Obama.

Sin embargo, si bien todos estos cambios son bienvenidos, la efectividad del naciente NSC sigue siendo una pregunta persistente. La burocracia burocrática y la capacidad de simplificar la información de inteligencia siguen siendo un obstáculo desalentador que no se superará fácilmente. Además, Tokio todavía carece de una agencia de inteligencia extranjera que se centre en proporcionar inteligencia y análisis oportunos sobre los desarrollos de seguridad nacional en la región. Hay una buena razón para esto, ya que la creación de tal institución seguramente inflamaría aún más los lazos con los vecinos de Japón en el noreste de Asia. Sin embargo, la falta de dicho organismo podría exponer vulnerabilidades en el NSC en el futuro, especialmente a la luz de los desarrollos dinámicos en el Mar de China Oriental. Otro obstáculo potencial es la contratación y la sostenibilidad de un núcleo de analistas de inteligencia y seguridad nacional para servir a la secretaría. En la actualidad, la secretaría está integrada predominantemente por burócratas adscritos de otros ministerios, pero este enfoque puede ser insostenible a largo plazo. La capacidad del NSC para evolucionar su enfoque durante el próximo año y permanecer flexible será la clave para su madurez.